Imagen 1 Palimsesto. Mito.

Recurramos a H. Eco; digamos una abadía rodeada por la niebla, en una de sus habitaciones hay un monje ignorante dudando ante unos papeles. El soporte es más valioso que lo soportado, el monje se muerde los labios y medita ante una hoja de papel iluminada dudando filosóficamente sobre su destino. El papel era escaso, conseguirlo casi imposible, su obra necesitaba ese soporte y la única manera de tenerlo era borrando ese otro, menos importante quizá, pero primoroso  ejercicio caligráfico que seguramente había tomado bastante tiempo a otro monje tan atribulado como él.

Recurramos a Roland Barthes: El mito puede ser una acumulación en substratos de sentido, por parte de las generaciones, acumulación de aquello que se recuerda de antiguas verdades históricas, lo olvidado se pierde, por razones del accionar de la cultura se selecciona, como las especies que hacen caso de Darwin, aquellos “imagos” que traen dentro de sí la esencia de su inmortalidad: las que logran hacer un guiño de sentido y sirven al (débil, arbitrario y dudoso) entramado inicial.

El monje no podrá borrar toda la tinta, dudará y no se atreverá a dañar el papel debido a su exceso de celo. El papel mostrará las huellas de lo escrito y serán huellas mnenicas como las de la primera tópica de S. Freud, huellas que son alcanzadas por el conciente solo a veces, cuando se sigue el renglón de lo cotidiano y lo neutro. El monje no se sentirá satisfecho, el texto sobre Platon aún es visible y su flamante traducción del árabe de Aristóteles se ve invadida por sentidos que lo atormentan. El juego es entonces simular que lo de abajo no está, pero es difícil, es tan visible, tan movedizo como las patas de los caballos de ya sabemos quién. En fin, la metáfora no solo funciona en un plano cartesiano, funciona hacia abajo y tal vez, ya veremos, en un espacio cuatridimensional.

Las culturas existen en un mismo espacio físico pero en un distinto espacio temporal, la segmentación y armado de los mitos funciona también como una acumulación de subtratos que al unirse van generando una invención que se alimenta transversalmente del recuerdo y por omisión, del olvido.

El trabajo de capas, es en el íntimo ejercicio de pintura que aquí me convoca, una metáfora que alimento de similitudes de lecturas anteriores. Aquí el problema es cómo inaugurar esa causalidad, esa especie de covarianza general entre lo cubierto, lo que se deja abajo, lo que se pinta encima, con lo que se dibuja, con lo que se mancha. Nada puede tener sentido, solo el método del palimsesto y la generación de lo mítico pudo tener alguna vez un correlato literario en nuestra actual epistemología.

 

Imagen 2 : Silabario.

Algunos de los versos de Altazor, aquellos del final, reflejan una dispersión de la palabra, una desintegración de lo conceptual al punto de constituirse en unidades básicas de sentido. Vocales y consonantes, funcionando apenas, sin significado ni intersubjetividad posible, ruido. El creacionismo termina donde el silabario empieza, la metodología de enseñanza escolar implica una asociación entre lo escrito y lo leído. A cada imagen le corresponde un sonido, las letras times son una imagen de armonía y, en concordancia con sus serifas, es material clásico, de clase. La gráfica del silabario es la matriz composicional del arte chileno desde los años setenta, la relación entre lo blanco y lo gris, la relación entre imagen y texto, el minimalismo en lo significado en los grandes temas: la codicia, la desobediencia, la paternidad y la filiación. Todo esto sumado a la voluntad docente de un arte educador, que cambia y viste la reciedumbre de las costumbres, a la manera colonial, a la manera Caravaggio sin la contrareforma, sin programa político, con lo puesto.

Las imágenes de las páginas del silabario son recortadas y ampliadas en alguna fotocopiadora de la ciudad, en el taller de Juillerat se usan, a veces si, a veces no. Andan por ahí.

 

Imagen 3: La pintura de genero.

El soporte es de genero, material que muestra su corporeidad y color. El genero no esta tenso en un bastidor, renuncia a lo plano y su simulación de realidad. Se muestra cayendo, se expone en sus manchas y se propone como bitácora de horas de taller. Hay horas lentas, hay horas rápidas, hay minucia y gestualidad que se mide en segundos. El soporte se enrolla, se pinta, se vuelve a enrollar, se guarda. En algún momento se recuerda y nuevamente se repite el procedimiento, se mira, se cubre, se deja.

Recurramos a la anécdota apócrifa del Balzac de Rodin, ante el modelo de yeso de la estatua, alguien considera el drapeado de la estatua como falso, como afectado. Rodin, furioso rompe el drapeado del modelo de yeso y abajo de este aparece la figura que lo sostenía. Homenaje a la estructura y a un genero de la pintura: la naturaleza muerta y la vanidad develada en los intrincados pliegues sobre la mesa.

Vanidad de Vermeer  en su taller con la ventana a la izquierda, con cortinas.

 

Imagen 4: El zurcido invisible.

¿Cómo se unen las cosas?, ¿Cómo se van encontrando las partes, se van pegando con cintas adhesivas a la pared del taller y un día cualquiera se toman y se colocan juntas?, ¿Cómo se ensaya Alicia en el país de las maravillas en relación al método surrealista clásico?, ¿Qué pasó ahí?

 

Imagen 5: Metodologías y taxonomías del divagar.

El pensamiento es un proceso activo, donde intervienen las partes mas importantes del aparato mental, la memoria, la percepción. Hay quienes proponen al pensamiento como un hablar pequeño y solo, una especie de soliloquio formalmente mas parecido a un texto que a otra cosa. Hay también quienes sostienen que el pensar con palabras tarde o temprano deriva en pensar con imágenes, lo que a su vez produce el fenómeno del “insight” o “darse cuenta” de una totalidad o un constructo mental muy complejo por medio de imágenes, que saltándose toda la física del lenguaje hablado generan una forma completa, un icono y una especie de plenitud de significado. Esta plenitud es conducente al fenómeno de imaginar, imaginar ensambles, corroborar los enparejamientos, discriminar las correlaciones y hacer sistema de un caos.

En la mente de un artista estos procesos son constantes y frenéticos, mas aún si se toma en cuenta que la imaginación puede ser productiva o improductiva, es productiva solo cuando se producen objetos que son frutos de su acción. La imaginación, por otro lado, esta ligada al proceso creativo, donde la creatividad es función cognitiva, función de la mas apreciadas desde el modelo que considera a la personalidad como una cognición, como una forma especial de cognición.

El ser es como conoce, el ser es un modo y su producto es una acumulación de saber, memoria y olvido. El encuentro de las cosas, de aquello que nos interesa, es irrevocable, encontramos solo lo que buscamos, no hay azar en el encontrar los elementos de un collage, no hay azar, solo hay citas.

 

Waldo Gómez.

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